Desde el brote del primer diente, los padres debemos estar al tanto de la importancia de cuidar la salud bucal de nuestros hijos, enseñándoles los correctos hábitos de higiene y llevándolos a sus citas de chequeo dental, todo ello para prevenir el mayor número de problemas bucodentales en la infancia.
Sin embargo, existen algunos problemas genéticos que no pueden ser prevenidos pero que también, conllevan alteraciones en el desarrollo orofacial del infante. Tal es el caso del frenillo labial, cuyas irregularidades pueden provocar numerosos inconvenientes relacionados con el correcto posicionamiento de los dientes o en algunos casos, afectar la pronunciación.
Frenillos bucales
En la boca tenemos varios frenillos, el frenillo labial superior, el inferior y el frenillo lingual dependiendo del lugar donde esté ubicado. Los frenillos labiales unen el labio superior o inferior, en su punto medio con la encía, y el frenillo lingual une la parte inferior delantera de la lengua con el suelo de la boca. A continuación nos enfocaremos en el frenillo labial.
¿Qué pasa cuando el frenillo labial es más corto o largo de lo normal?
Cuando el frenillo del labio superior es más largo (frenillo labial hipertrófico), podría impedir que los dientes incisivos centrales se unan, pues este tejido se interpondría entre los dos dientes. Este frenillo afecta la mordida, estéticamente la forma de la dentadura, y se produce una constante inflamación de la zona impidiendo la correcta higiene.
Si el frenillo labial superior por el contrario, es más corto, la movilidad del labio puede verse comprometida, alterando la pronunciación de ciertas letras como la “m”, “p”, o “b”. También afectaría al correcto sellado de los labios, impidiendo la normal respiración bucal.
Cuando se producen alteraciones en el frenillo labial inferior, son bastante menores las consecuencias, y por lo general, se ve afectada la higiene bucodental, provocando enfermedades periodontales.
Frenectomía
Cuando se detecta frenillo labial hipertrófico, es posible realizar una cirugía sencilla y que es poco invasiva denominada frenectomía. Esta cirugía está indicada para los pacientes que posean limitaciones de movimiento del labio superior, alteraciones en la pronunciación o labio corto.
Realizada la operación, es posible que el paciente deba iniciar un tratamiento de ortodoncia para cerrar el espacio o diastema existente entre los dientes.
Hay varios tipos de frenectomía según el tipo de incisión pero, todas son igual de sencillas y no requieren más que anestesia local y un par de días de dieta blanda y una cuidadosa higiene.
¿Qué hacer si se rompe el frenillo labial superior?
Es común que se produzca ruptura del frenillo labial en niños, cualquier golpe puede terminar siendo la causa de dicha ruptura. No tengas miedo, aunque el sangrado puede ser abundante, seguir esta serie de consejos te ayudará a atender este accidente rápidamente:
- Presionar la herida para cesar la hemorragia y limpiar la zona con agua o suero salino
- La aplicación de hielo de manera indirecta hará que baje la inflamación
- Acude a tu centro médico de confianza para que sea el especialista quien determine la magnitud del golpe
- Sigue una dieta blanda y de preferencia, ingerir alimentos fríos
- Evita incluir durante los días siguientes al golpe alimentos que no permitan la buena cicatrización de la herida, así como comidas que corren el riesgo de quedarse alojadas entre los dientes y las heridas
- Hacer uso de colutorios que contengan clorhexidina tras cada cepillado.
