Tener una dentadura sana se ha convertido en parte de la presentación personal en la actualidad, pues una imagen de una sonrisa blanca y saludable siempre produce mejor impresión que una que no lo sea tanto. Por ello, si está buscando un tratamiento para blanquear sus dientes es importante que conozca sobre el tema.
Blanqueamientos dentales
Se basan en tratamientos de odontología estética cuyo objetivo principal es eliminar las manchas dentales y hacer que la dentición adquiera una tonalidad más blanca y brillante.
La actual popularidad de la estética ha hecho que este procedimiento odontológico sea uno de los más solicitados de los últimos años. Incluso, cuando la Academia Americana de Odontología Cosmética realizó una encuesta a diferentes personas sobre qué era lo que más les gustaría mejorar de sus sonrisas, la respuesta más común resultó ser “unos dientes más blancos”. Y con casi un 90% la mayoría solicitó un blanqueamiento dental.
El blanqueamiento dental es un proceso sencillo, basados en la utilización de productos blanqueadores que contienen uno de los dos decolorantes dentales (peróxido de hidrógeno o peróxido de carbamida). Estos blanqueadores rompen las manchas en piezas más pequeñas, lo que hace el color menos concentrado y sus dientes más luminosos.
Anteriormente, las mayores concentraciones de cloro utilizadas en el tratamiento en un consultorio, daban como resultado una mayor sensibilidad en los dientes. Sin embargo, a lo largo de los años se han realizado investigaciones que han demostrado que los métodos de blanqueamiento dental son seguros y efectivos.
Hoy en día los geles de blanqueo están bien protegidos, minimizando el problema de la sensibilidad. Aunque dicha sensibilidad puede ocurrir en las personas después de los procedimientos de blanqueamiento, especialmente cuando se ingiere alimentos calientes o fríos, y habitualmente desaparece aproximadamente después de 48 horas.
¿Qué riesgos presentan los blanqueadores dentales?
A pesar de ser efectivos y que sus resultados son satisfactorios, estos tratamientos no están exentos de correr riesgos. El riesgo principal es que sin el control de un dentista, utilizar un producto blanqueante de una concentración superior al 0,1% de peróxido de hidrógeno puede causar una quemadura.
El componente central de los peróxidos es el agua oxigenada que quema los pigmentos del diente, la misma función aclarante que hace ese químico en el cabello. Esa agresividad puede causar fuertes dolores en el diente y sobre todo, daños irreversibles.
Así que lo más recomendable es aplicar el tratamiento con su dentista de confianza, de igual forma, no quiere decir que los tratamientos blanqueadores que se venden en las farmacias sean peligrosos o malos, sólo deben tomar en cuenta algunos aspectos:
- Consulte con su dentista cuál es el tratamiento que se adapta mejor a sus necesidades y a sus dientes.
- El producto que adquiera debe tener el sello de aprobación ADA (Asociación dental Americana), ya que son los blanqueamientos que se ha comprobado que su uso es efectivo y seguro.
- Debe seguir las instrucciones tal como se indica (no todos los productos se utilizan de la misma forma).
- Mantenerse alerta si su dentadura comienza a presentar malestares o sensibilidad que perdure más tiempo del habitual, y dirigirse inmediatamente a su dentista.
Para que el blanqueamiento dental sea efectivo, se mantenga y sea duradero se aconseja no tomar café, té, vino, o alguna bebida que causa manchas en los dientes y si lo hace, tratar de mantener alejado los tintes de la dentadura, tampoco ingerir productos que contengan colorantes, pues aceleran el proceso de decoloración de los dientes, también se aconseja no fumar, ya que el tabaco hace que sus dientes se decoloren fácilmente.
Recuerde, que un tratamiento dental sirve para que luzca una dentadura más blanca y brillante, y que no es un sustituto de ningún producto de higiene dental.