Las carillas dentales se han convertido en un proceso de embellecimiento bucal muy extendido y buscado en los últimos tiempos. Se cotiza muy bien en muchas partes del mundo ya que permite a las personas tener unos dientes con una forma y color cual estrella de cine o top model.
Las carillas dentales son un tratamiento sin dolor que deben realizar especialistas en el área. Consiste en pegar unas pequeñas láminas de un grosor de entre 0,8 y 1,5 milímetros, sobre la parte externa del diente, lo que le permite hacer una suerte de camuflaje a la pieza original.
Aparte de las ventajas estéticas, los pacientes buscan este tratamiento porque garantiza además una mayor resistencia a sus dientes y les ofrece un escudo ante posibles agentes externos dañinos.
Las carillas dentales, bien sea de porcelana (las de mayor resistencia) o de composite (aleación plástica) permiten también corregir anomalías bucales preexistentes, como algún tipo de separación no muy grave entre los dientes.
Sin embargo, “todo tiene un precio”, y no precisamente el de cada una de las carillas dentales, que de por sí ya vienen con un precio muy elevado en el mercado, siendo las de porcelana hasta cuatro veces más costosas que las de composite. Nos referimos en este caso a las alertas que lanzan los expertos. Consideraciones que el paciente debe hacer antes de tomar esta decisión.
Hay que tener bien claro que las carillas dentales son un proceso irreversible. No se pueden remover y el diente pierde para siempre su esmalte natural. La mordida también cambia y se debe ser más cuidadoso al masticar. También se ve afectada la sensibilidad de la pieza.
Ante un paso tan trascendente, y al que debe darse la importancia de cualquier asunto de salud personal, es vital consultar a un especialista calificado en el área y obtener la asesoría más profesional.
